La contribución de Coca-Cola FEMSA a la paz

En el año 2003 la empresa FEMSA, empresa originaria en México, compró el 100% de las acciones de la mayor franquicia del sistema Coca-Cola en América Latina (PANAMCO), con lo cual tomó las riendas de la venta de gaseosas y otras bebidas en diferentes países de Sur América como Colombia, país que todavía y desde los años setenta seguía teniendo conflictos con grupos armados. Este caso explora cómo la empresa Coca-Cola FEMSA incorporó en su estrategia de sustentabilidad diferentes iniciativas destinadas a apoyar un proceso de desmovilización pacífica llevado a cabo por la Alta Consejería para Reintegración (ACR) del gobierno colombiano. Como parte de este proceso de desarme, la ACR ofrecía a los desmovilizados diferentes opciones de reinserción a la sociedad tales como financiamientos para empezar sus negocios, vinculaciones con empresas para conseguir trabajos, entre otras, que también eran compartidas con el sector empresarial para ver de qué forma podían apoyar al proceso. Hacia agosto de 2011, Coca-Cola FEMSA ya tenía un poco más de tres años colaborando con el gobierno de Colombia y había diversificado sus iniciativas para apoyar no sólo a los desmovilizados, sino a efectivos del ejército, a las víctimas y a la sociedad general afectada por el conflicto. Sin embargo, a pesar de estos múltiples esfuerzos, el impacto real que las acciones de la compañía tenían en la solución del problema de la reintegración de más de 50,000 desmovilizados todavía era insignificante. Por ello, la ACR solicitaba a la empresa un mayor compromiso a través de una campaña masiva de difusión de las iniciativas para motivar e incrementar la participación de más empresas.
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